CASO MATUTE JOHNS 2014: ¿A LA SOMBRA DE LA CNI?

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LA PRESENTE ENTREVISTA DATA DE PRINCIPIOS DEL AÑO 2000 (4 de febrero), A TRES MESES DE LA DESAPARICIÓN DE JORGE (COKE) MATUTE JOHNS. JOVEN QUE FUE VISTO CON VIDA POR ÚLTIMA VEZ DENTRO DE LA DISCOTECA LA «CUCARACHA». DE: ALEJANDRO BAÑO OYARCE A JORGE MATUTE MATUTE (QEEPD). ACERCA DE LOS DISTRACTIVOS PROFESIONALES EN LA DESAPARICIÓN DE COKE MATUTE JOHNS.

JORGE MATUTE JOHNS A 3 MESES DE SU DESAPARICIÓN:

Desde hace casi tres meses se encuentra desaparecido el joven universitario de Concepción, Jorge Matute Johns, de 23 años. El caso ha conmovido a la opinión pública y ha sumido en la desesperación a la familia del destacado dirigente sindical Jorge Matute Matute, presidente de los trabajadores de ENAP. El estudiante desapareció el 20 de noviembre desde la discoteca La Cucaracha donde habría sido agredido por personas no identificadas. Aunque en ese lugar había alrededor de 300 personas, nadie se percató de lo ocurrido. O nadie se atreve a declarar si vio algo. Ese temor aparece incomprensible. Esto ha hecho circular numerosos rumores que vinculan la desaparición del joven Matute Johns a las prácticas de los organismos de seguridad de la dictadura militar o a las mafias del narcotráfico.

Lo concreto es que la actividad de Investigaciones y Carabineros, haciendo pericias en la discoteca o rastreando terrenos, bosques, lagos y playas de la zona, no han arrojado resultado. Salvo otro hecho macabro y extraño: el hallazgo de restos de siete cadáveres. Ninguno corresponde al cuerpo del estudiante desaparecido.

Esto se ha considerado una operación de distracción que corroboraría que el joven Matute fue víctima de una poderosa organización, capaz de borrar toda huella del crimen y de sembrar el terreno de falsas pistas para desconcertar a la policía.

Las sospechas aumentaron con el extraño robo, al parecer un allanamiento encubierto, a las oficinas del sacerdote Carlos Puentes que está recibiendo información confidencial sobre la desaparición del estudiante. La familia Matute, ha librado una tenaz campaña -respaldada por amplia cobertura de prensa- para movilizar a los tribunales y a la policía en una acción más sostenida de búsqueda del joven desaparecido.

PF estuvo en casa de la familia Matute, que se ve sometida a una terrible incertidumbre y al fuerte impacto sicológico de casi tres meses de desaparición de Jorge. Conversamos con el padre del universitario, Jorge Matute Matute, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores del Petróleo y Afines (FENATRAPECH), democristiano de la corriente progresista de ese partido. Fue un destacado opositor a la dictadura militar, participando en la rearticulación del movimiento sindical en Concepción. Los lectores de PF lo conocen a través de la entrevista publicada en el Nº 457 a propósito de la amenaza de privatización de ENAP. Matute, técnico operador de procesos de la refinería de Concepción y director de ENAP en representación de los trabajadores, se refirió al terrible drama que golpea a su familia.

¿Por qué cree que la desaparición de su hijo se ha convertido en un tema de permanente preocupación nacional durante estos meses?

«Pienso que hay una sumatoria de hechos. Primero, Coke -más allá que sea mi hijo- tiene una personalidad que lo hacía querido de muchos. Representa a una juventud sana que todos los chilenos, en especial los jóvenes, admiran y quisieran imitar. Sin estar comprometido con grandes causas políticas o sociales, fue capaz -en el medio estudiantil donde se desenvolvía-, de generar una corriente de simpatía. Desde el momento de su desaparición, son precisamente los jóvenes los que se mueven activamente, buscándolo y demandando que la justicia y la policía actúen con eficacia. Son sus amigos y compañeros -y juventud en general que se veía representada en Coke- la que lleva este tema al conjunto de la comunidad de Concepción, primero, y al resto del país enseguida. Por esto creo que no es cierto que nuestra juventud ‘no esté ni ahí’, como se dice. La juventud es capaz de demostrar generosamente sus sentimientos y de practicar una gran solidaridad cuando siente que ha perdido algo suyo.

Por otra parte, evidentemente la familia ha jugado un rol decisivo. La mamá de Coke, el hermano, los parientes, todos, no nos resignamos a perder a un ser querido así como así. No nos hemos dedicado a rezar y esperar resignadamente. Desde el primer momento nos hemos movido, acudiendo a todas las instancias, para encontrar a mi hijo.

Lo tercero, debo admitirlo, es que el desaparecido es hijo del presidente del sindicato de una empresa importante de la región. No soy un dirigente nuevo en el mundo sindical, tengo muchos años en la lucha de los trabajadores, compañeros y amigos en todos lados. Como dijo mi gran amiga, la diputada María Rozas, estoy cosechando lo que sembré. Me he sentido rodeado de una gran solidaridad de los trabajadores durante este terrible período. Eso ha fortalecido mi espíritu, ayudándome a luchar contra la adversidad, a no descansar en la búsqueda de mi hijo.

Sin embargo, me rebela pensar que en otros casos, porque hay muchos, esta conmoción no se ha producido. Cuando desaparece cualquier chileno, cualquier niño o joven, el país debiera estremecerse de igual manera. La desaparición de toda persona es un hecho que no puede tolerarse pasivamente, eso amenaza la seguridad y tranquilidad de todos. La pasividad que rodea a otros hechos similares es un gran déficit que tenemos como país. Es cierto que la marcha de la economía es muy importante. También los aspectos políticos, el derecho al trabajo, la competitividad de las empresas, etc. Todo eso es muy importante. Pero más importante que todo es el derecho a la vida. A partir de nuestra desgracia, la gran tarea que tenemos por delante es hacer conciencia acerca de ese valor supremo, el derecho a la vida. Debemos aprender a priorizar ese valor por sobre cualquier otro. Educarnos como país en el respeto a la vida de todo ser humano».

ACTITUD DE LAS AUTORIDADES EN EL CASO MATUTE

CARABINEROS rastrean la laguna Lo Méndez en búsqueda del cuerpo de Jorge Matute Johns. Hasta ahora se han encontrado restos de siete desaparecidos no identificados.

¿Qué apreciación tiene del comportamiento de las autoridades, encargadas de velar por la seguridad de las personas?

«Hasta ahora he visto una preocupación particular de parte de las máximas autoridades del país, tanto del gobierno como de la justicia y la policía. No sé bien si esto sucede porque el estudiante desaparecido es hijo de un dirigente sindical conocido, o porque se trata de un hecho terrible, insoportable para la sociedad. Cuando esto le ocurre a una persona común y corriente, las autoridades del Estado debieran actuar con el mismo celo.

Lo anterior me lleva a un tema de fondo. Me refiero a la protección de la seguridad ciudadana, a las fiscalizaciones y controles necesarios. Todos los jóvenes, todos los ciudadanos, tenemos derecho a disfrutar de nuestro descanso, a la diversión, a vivir nuestra vida. Pero lamentablemente este sistema de libre mercado absoluto está dejando de lado a las personas. Por ejemplo, en aras de la libertad absoluta del mercado, no se están controlando los pubs o discotecas. No hay regulaciones mínimas en materia de seguridad de los que concurren a esos lugares. Por lo tanto, la droga, la prostitución, etc., se han apoderado de muchos centros de diversión.

He aquí un asunto muy importante a encarar en esta sociedad del siglo XXI. Debemos ser capaces de garantizar el derecho a la diversión de los jóvenes, en la forma que a ellos les gusta hacerlo, pero sin que los padres tengamos que pasarnos la noche con el alma en un hilo, pensando si nuestros hijos volverán vivos a casa. Sabemos que el problema de la drogadicción ha penetrado en todos los sectores. Se ha hecho más fuerte que las propias instituciones del Estado. Enfrentar ese problema es tarea de todos, principalmente de los gobiernos democráticos que tendrán que revisar lo que se hace en esa materia y que claramente es insuficiente. No es que crea que a partir del caso de mi hijo vayan a cambiar las cosas. Sé que es muy complejo, pero es un tema que los padres de familia nos estamos planteando.

Mucha gente humilde nos ha llamado para entregarnos su solidaridad. Esto me ha permitido conocer muchos casos de personas que no tienen acceso a la justicia, a los medios de comunicación, a las autoridades, para expresar su dolor. Son muchas las barbaridades que pasan en este país y que no alcanzan la resonancia que ha tenido el caso de mi hijo Coke. Cómo es posible, por ejemplo, que en la búsqueda que hace la policía en los alrededores de nuestra ciudad, hayan aparecido siete cuerpos mutilados que nadie sabe de quiénes son. Son desaparecidos anónimos, si alguien reclamó por ellos hace tiempo, nadie lo supo. Se perdieron en el anonimato».

REGULACIONES NECESARIAS

Hace poco el concejo de la municipalidad de Concepción aprobó una ordenanza sobre funcionamiento de las discotecas, exigiendo medidas de seguridad como el traslado de los clientes en microbuses.

¿Le parece que es un paso en la dirección de los controles que usted plantea?

«Me parece que es un paso importante. Yo, desde luego, no estoy por la censura de esas actividades. Estoy contra todo tipo de censuras. Pero es importante que los negocios, el comercio, etc., operen dentro de regulaciones claras que defiendan a los ciudadanos que son los consumidores y clientes de sus actividades. No estoy planteando un ‘toque de queda’ para la diversión de los jóvenes, no es mi intención. Sé -y así lo asumo en mi caso- que la primera responsabilidad en la formación de los jóvenes es de los padres, a través de la crianza de los niños, de la relación familiar, de la transmisión de valores. Pero creo también que la sociedad libre, a través del Estado que la representa, debe establecer ciertos marcos de regulación, que no sólo garanticen la competencia en un pie de igualdad de los factores interesados, sino que imponga regulaciones a las actividades que, amparadas en el libre mercado, promueven el alcoholismo o la drogadicción, cuyos efectos son la desintegración de las familias».

¿Qué le parecen aquellas opiniones a propósito del drama de su familia que proponen medidas muy conservadoras, como impedir que los jóvenes salgan después de las 10 de la noche o determinadas reglas de comportamiento en el seno de las familias?

«En una sociedad de cierta igualdad, de cierto equilibrio, en que lo primero son los valores familiares, deben existir instituciones y mecanismos del Estado que resguarden el derecho a la vida, al trabajo, etc. ¿Qué padre se puede preocupar lo suficiente de la formación de sus hijos si está cesante o trabaja siempre preocupado porque el día de mañana puede quedar cesante? ¿Puede preocuparse de sus hijos si está embarcado en la guerra feroz del consumismo, si está agobiado porque hoy está más endeudado que ayer? ¿Quién puede, en este marco de vida, entregarle a los hijos el tiempo que necesitan, a la conversación, al compartir inquietudes en el seno de la familia? Estamos metidos en un círculo vicioso muy peligroso y destructivo de valores. Es un modelo de sociedad en que las personas se ven empujadas a vivir preocupadas de obtener los medios para acceder a mayor consumo. Lamentablemente lo puedo decir yo que estoy perdiendo en estos días a mi hijo, el bien que valoro como lo más importante que he hecho en mi vida.

Así y todo no estoy por el cartuchismo ni por un neoconservadurismo. No rescato costumbres arcaicas para la formación de los jóvenes. Hablo de entregar valores a nuestros hijos para que ellos sean autorresponsables. Pero hay que entregar los medios a cada trabajador para que pueda formar bien a sus hijos. Hasta el más pobre debe tener acceso a la justicia y al trabajo como también al descanso y la recreación. Si en nuestra sociedad existiera más solidaridad, verdadera solidaridad, podría no estar sucediendo lo que hoy ocurre a mi familia. Yo estoy perdiendo un hijo, pero ¿cuántos jóvenes circulan en nuestra sociedad, cuyos corazones palpitan, pero que están muertos interiormente, que caminan en la vida sin saber dónde van?

Estas son reflexiones y autocríticas que uno comienza a hacerse cuando está viviendo lo que vivo yo ahora.

Volviendo al caso de mi hijo Coke, creo que el secuestro, el hacer desaparecer a una persona, es el crimen de terrorismo más grave que puede sufrir un ser humano. Es un agravio a la humanidad».

BUSCANDO LA TERRIBLE VERDAD

Existe la sensación de que la justicia no avanza en el esclarecimiento de la desaparición de su hijo, que se habría necesitado un ministro en visita de la Corte de Apelaciones, que la investigación policial no ha estado bien orientada. ¿Qué opina usted?

«Efectivamente, a pocas semanas del hecho pedimos un ministro en visita que tuviera más facultades. La desaparición de mi hijo ocurrió en una discoteca, no en el Océano Pacífico ni en las montañas ni el desierto de Atacama. Fue en un sitio donde había mucha gente, muchos testigos. Nuestra petición fue rechazada en un fallo dividido. Según los ministros de la Corte el caso no ameritaba dedicación exclusiva. Le recomendaron a la jueza Flora Sepúlveda, que lleva el caso, que le otorgara atención preferente. Uno empieza a vivir en los tribunales una odisea. Sin ser abogado sino un ciudadano que está sufriendo, le toca constatar lo que significa el Poder Judicial. Todas las trabas, la maraña de disposiciones.

Yo mismo apoyé la reforma judicial porque había muchos abusos como la detención por sospecha, los apremios ilegítimos, inocentes que aparecían como culpables, etc. Pero uno se encuentra con una contraparte -el hechor o los hechores del secuestro y desaparición de mi hijo-, que conocen las debilidades de los procedimientos judiciales y policiales, que prestan declaraciones livianamente porque se sienten apoyados por la ley. La jueza ha calificado a los autores del secuestro de Coke como ‘profesionales’ que sabían muy bien lo que estaban haciendo. Lógicamente esa habilidad de los secuestradores tiene en jaque a la justicia y a la policía. Me parece que lo que hay que tomar como enseñanza es revisar los procedimientos de la justicia. Por ejemplo, el trabajar o no con ambas policías: Investigaciones y Carabineros. No puedo entender que llevemos casi 90 días y aún no se tenga una pista clara, ningún indicio de lo que pudo haber ocurrido a mi hijo».

PROFESIONALES DE LA DESAPARICION DE PERSONAS

Si la jueza que lleva el caso califica como «profesionales» a los presuntos autores de la desaparición de su hijo, ¿quiénes podrían ser? ¿Delincuentes? ¿Gente con algún poder legal que los respalda? Se ha hablado de gente relacionada con el tráfico de drogas, de familiares de personalidades de la región o del país, etc., lo que dificultaría la investigación. ¿Cuál es su hipótesis?

«Los delincuentes comunes tienen sus propios códigos, su ‘ética’. Si hubiesen sido delincuentes comunes, este caso estaría resuelto hace tiempo. Ahora, qué poderes, qué personas o personalidades o instituciones estamos enfrentando. Pienso que nada está descartado. Cada día recibo llamadas que apuntan a distintos lados. Hacia gente que trabajaba en la discoteca La Cucaracha, hacia autoridades o hijos de autoridades, hacia instituciones como Carabineros o Investigaciones. Este hecho ha generado una sicosis, muchas hipótesis y demasiados rumores que producen más dolor a mi familia. Lo que me queda es confiar en los instrumentos de la justicia. No tengo más alternativa que confiar en las instituciones del Estado como Carabineros e Investigaciones, y en el Poder Judicial que se supone independiente y no está sometido a presión política. Tengo esperanzas de que la verdad será conocida, la verdad, no un montaje para tranquilizar a la familia y a la opinión pública. A ese respecto voy a estar muy atento. No toleraré un engaño. Confío en que la magistrada quiere llegar a la verdad, aunque le cueste.

Si no se hiciera luz en este caso, si no se descubriera la verdad, los responsables de los aparatos del Estado tendrán que responder. ¿Qué puede ser más fuerte que el Estado en este país? Aunque conocemos algunos casos como el de Colonia Dignidad, a cuyo jefe no lo han podido capturar, espero que el nuestro no sea similar. En Colonia Dignidad ha actuado una gran infraestructura, un poder de facto en las sombras, ocultando a Schaeffer. Espero que en el caso de Coke no esté involucrada una organización tan poderosa, o si no… que nos pillen confesados como país. Ningún ciudadano estaría seguro. La impunidad en este caso puede generar un tipo de delitos ‘a la colombiana’, donde se mata y se acabó no más. Las víctimas pasan a ser parte de la estadística policial. Si es así, estaríamos también en un país donde impera la cultura de la muerte».

¿Cómo puede ocurrir un hecho así en un país donde terminó la dictadura militar? Ahora vivimos en democracia, en estado de derecho. ¿No es así? ¿Qué reflexión le produce esto?

«El estar en una sociedad democrática, haber recuperado la libertad, no nos libra de la delincuencia. Quedan resabios del pasado, los ‘poderes fácticos’ se mantienen. Hace sólo diez años que recuperamos la democracia y ha costado un mundo transformar la situación que heredamos en materia de derechos humanos y sociales. Aún tenemos encima la Constitución del 80 y hay que buscar acuerdos con los mismos que gobernaban ayer. La minoría en este país se sobrepone a la mayoría. Ciertamente no estamos en una democracia plena, en un estado de derecho absoluto».

¿Tiene una hipótesis de lo que pasó con su hijo?

«Estoy convencido que mi hijo fue agredido en la discoteca La Cucaracha. Pero no sé por quién o quiénes. En una noche de fiesta, de alcohol, de jóvenes que les gusta la violencia, a algunos se les pasó la mano con mi hijo. Pero lo que no entiendo es lo que vino a continuación. La desaparición es un acto de terrorismo contra su familia y la comunidad. Este es el tema de fondo.

Lo único que quiero es encontrar a mi hijo. Perder a un ser querido es un inmenso dolor. Lo único que se quiere es encontrarlo. Esta situación genera una impotencia muy grande, un estado de violencia interior que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. La justicia vendrá después, no es lo que más me preocupa ahora. Lo que quiero es recuperar a mi hijo.

Entre jóvenes ocurren peleas, pero hacer desaparecer un cuerpo, silenciar a muchos testigos, someter a una familia y a la comunidad a esta horrible incertidumbre, no creo que sea sólo un asunto de peleas de jóvenes. Es una tortura. Una acción de torturadores.

Tenemos una gran tarea por delante, los padres, los jóvenes, las autoridades. ¿Cuántos jóvenes conocen los derechos humanos? ¿Cuántos saben lo que significa hacer desaparecer a una persona? Si no somos capaces de revisar estos conceptos y hacerlos parte de la conciencia colectiva, esta sociedad podrá llegar al año 2010 como un país desarrollado, según nos dicen, pero será un país muy pobre en materia de valores, con grandes deficiencias en la defensa del ser humano y de su derecho a la vida»

Lectura Recomendada:

  1. Las otras Muertes del Caso Matute Johns.
  2.  Prensa de Chile v/s Caso Matute Johns.
  3. Prueba y Merito Jose Miguel Insulza en Caso Matute Johns.
Acerca de Este Blog:

Weblog Acerca de Psicología Jurídica Forense aplicada en la Investigación Criminal por Cristián Araos Diaz, algunos derechos reservados.

4 Comments on “CASO MATUTE JOHNS 2014: ¿A LA SOMBRA DE LA CNI?”

  1. Pienso que Don Cristian Araos posee un coraje y una valentía extraordinaria,para defender la honra de su familia, tan injustamente dañada por personajes obscuros,corruptos y asesinos,luchó prácticamente solo contra poderes fácticos de este país,tanto políticos, policíacos y del poder judicial.Felicitaciones don Cristian,que pronto gracias a usted se va a saber la verdad

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  2. EI CASO MATUTE ES COMO UN LAVERINTO,PARA BUSCAR A LOS CULPABLES, ES UN GRUPO DE PERSONAS QUE SON DEL GOBIERNO, COMO UNA MAFIA Y SE PROTEJEN ENTRE ELLOS DE LO MALO QUE HACEN. TODO CHILE SABE ESO . ESTAS COSAS PASAN DEBIDO A LAS SECUELAS DEL GOLPE DE ESTADO. TENEMOS QUE DARNOS CUENTA QUE TODO TIENE UN COSTO Y ESTO SALE DEL BOLSILLO DE TODOS LOS IMPONENTES CHILENOS. PERO HAV ALGO MAS IMPORTANTE AUN,GRAVE. LA MADRE DE TODO. LO QUE SE HACE Y LO QUE NO SE HACE . AQUI EN CHILE, EN SUBAMERICA Y EN EL RESTO DE CADA UNO DE LOS PAISES DEL MUNDO HACE MUCHO TIEMPO QUE LAS GRANDES POTENCIAS SE INTRODUCEN EN UN PAIS Y MANIPULAN ALOS CABECILLAS(GOBERNANTES E INSTITUCIONES),PARA SACARNOS TODOS NUESTROS PRODUCTOS NATURALES Y QUEDAR MAS POBRE QUE UNA RATA. Y PORQUE SUCEDE ESTO, PORQUE SOMOS ONES Y ONAS,DESUNIDOS. MI OPINION TENEMOS QUE SER MAS UNIDOS EN LO BUENO Y TOMAR DECISIONES Y LEVANTAR CHILE.

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  3. Cristian Araos Díaz, prestigioso psicólogo jurídico forense y perito delitológico: “En la coartada del personal de la Cucaracha para ocultar la golpiza a Matute, en la interrupción de la cadena de custodia de las muestras de sangre que iban al FBI, en el tráfico telefónico desde el OS-9 a testigos oculares y en los nexos de los protagonistas que hicieron suya la investigación del caso para su encubrimiento están las respuestas de quién lo mató”.
    El distinguido profesional ha dedicado gran parte de su vida ( es muy joven) a esclarecer, analizar, investigar científicamente los hechos. Su análisis siempre es correcto, no debemos olvidar que ha sido criado en un ambiente de estudio y corrección, su padre es el distinguido Ingeniero Civil Sr. Oscar Araos. De Concepción, tuve el agrado de conocer y con quién en la década del 90 colaboré.

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    • En el año 1999,la Cucaracha,asistian jovenes de clase media alta,y no era,de dudar ,que quienes habian estado involucrados,pertenecian a esa condicion l,a la cual pertenecia,su hermano y amigos del Sr. Araos,y era a ellos a quienes se culpaba,y lo que muchos creiamos,pero al pasar de los años esa teoria a ido cayendo,con todo lo turbio que a tenido la investigacion…..Aqui hay pesos pesados,,y con el tiempo se a de saber la verdad,….La justicia debera aclarar la verdad caiga quien caiga,…Si son autoridades, policias etc. Como poder independiente,los Tribunales tendran que jugarselas por,hacer justicia y por su prestigio….Los chilenos esperamos la verdad.

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